Nosotros

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Un concepto diferente de hacer turismo

Cuantas veces uno siente la necesidad de romper con las estructuras y hacer algo distinto, algo fuera de lo normal. Cuando por fin uno se anima a ser “un poco loco” y tiene además la fortuna de cruzarse con otra persona con las mismas inquietudes y falta de cordura, pueden surgir cosas maravillosas como lo que sucedió en esta historia.

lunes, 26 de agosto de 2013

Querétaro

A veces a uno le pasa que viajando por toda América Latina, cuando le dicen de visitar tal o cual pueblo o ciudad porque es colonial, ya no le genera la misma motivación, porque desde el norte de Argentina hacia México que venimos visitando todo destino colonial que se les ocurra. Por eso cuando nos dijeron que no nos podíamos perder Querétaro, dijimos, bueno, otra más, valdrá la pena?
Tantos kilómetros...porque encima hay que sumarle que las rutas tienen un tope o lomo de burro en promedio cada 5 km, sí, en medio de la ruta... claro que siempre está la opción de las autopistas que están geniales pero que te salen un ojo de la cara, así que nuestra opción, como siempre, la baratinha!
Y vamos igual?...y ya estamos acá...vamos! … Y fuimos....Les puedo asegurar que hubiese sido un pecado perderse este Patrimonio Cultural de la Humanidad nacido como lugar de paso del Camino Real entre Nueva España y las minas de plata de tierra adentro allá por el 1500's y algo.
La ciudad, que fuera clave en la gestación de la Independencia de México, se encuentra situada en un extenso valle y es BELLÍSIMA. Tiene lo mejor de cada ciudad colonial que visitamos. Las calles y veredas revestidas en piedra de cantera de un gris oscuro con tonalidades rojizas, que dan un aspecto aún más antiguo a los edificios que componen el centro histórico. Las plazas con hermosos jardines y las plazuelas con sus monumentos y fuentes, todas conectadas por peatonales (andadores) o callejuelas de suaves pendientes. Barcitos y restaurantes con sus mesas afuera bajo las arboledas decoran cada esquina. Gente tranquila y amable, recorriendo cada rincón. Abundan los museos, iglesias y casonas con los más variados estilos de construcción, todas con sus fachadas en ocres y pasteles. Cada pieza hace que el conjunto urbano, de gran riqueza arquitectónica, parezca hecho de un solo trazo.
Y los alrededores, llenos de parques, boulevares, miradores, casas modernas, barrios elegantes y una majestuosa obra de ingeniería construida durante la primera mitad del Siglo XVIII: El Acueducto. Este destacado símbolo de la ciudad que aún funciona para abastecer algunos parques públicos, cuenta con más de 70 arcos que llegan a medir 23 mt de altura y tiene una extensión de 1300 mt de largo, cortando literalmente la ciudad en dos.
Y esto sólo en la capital del Estado.
De ahí nuestro camino viró hacia Peña de Bernal, “Pueblo Mágico”, denominación que México le da a sus poblados más pintoresco y con contenido histórico. Un lugar detenido en el tiempo y custodiado por el gran peñasco que le da su nombre (el 3ro más grande luego del Peñón de Gibraltar y el Pan de Azúcar en Río); como salido de un cuadro.
Los paisajes en las rutas y los pequeños poblados con sus iglesias nos recordaban un poco a ciertas zonas del norte argentino. Serranías y caminos sinuosos en un clima semidesértico, con algún río casi seco que termina en algún embalse escondido entre las quebradas. Los cardones del jardín botánico de Cadereyta, uno no puede creer que este ambiente sea tan rico, con tantas especies de crecimiento tan lento, de las más variadas formas y tamaños.
Hacia el noreste, la Sierra Gorda marca la división del desierto y los bosques húmedos, con sus cascadas y templos franciscanos. La pequeña localidad de Jalpan es el lugar ideal para tomar como base de esta parte del recorrido.
Volviendo hacia el sur, la ruta del queso y el vino, con su sede en la bonita Tequisquiapan, con varios tambos y bodegas. Aquí aprovechamos para visitar un poco de ambos, con degustación incluida, y tuvimos el privilegio de conocer a la vaca “Castañuela”, llamada así por su insistente recordatorio de la hora de su ordeñe. Y por si fuera poco, nos dimos el gusto de comer unos chiles en nogada, plato típico de Puebla que nos había quedado pendiente. Esto gracias a Tere, del Balneario San Joaquín (http://www.balneariosanjoaquin.com/) que nos invitó a quedarnos en su camping.
Así que muchas gracias Germán por insistir en que visitáramos tu querido Estado, y por toda la info.
Querétaro es un lugar muy especial para conocer.

2 comentarios:

  1. Que placer conocer tu blog, Sabrina [e Carlos]!!! Voy a incluirlo entre los links sugeridos en el mio.

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  2. Que bueno¡¡ vamos evolucionando ya tenemos un blog donde ir leyendo las aventuras y relatos de esta dupla o trio con el choique.
    Me alegra mucho que sigan disfrutando como el día en que salieron.
    Besos Juan

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