Nazca

Y sí, Machu Picchu nos deslumbró, pero había que seguir con el viaje, que sacrificio!! Comenzamos a pegar la vuelta, primero hacia Cusco, para lo cual tuvimos que atravesar de nuevo parte del Valle Sagrado. Entramos a las Ruinas de Pisac…me dirán, más ruinas??  Sí, toda la zona está lleno de vestigios del Tawantisuyo
. En esta hay una particularidad y es que se ven en unas cuevas que están en el cerro enfrentado a la ciudadela, las tumbas de los antiguos pobladores, y si prestan atención en una de las fotos que subí, se pueden apreciar restos humanos. Llegamos a Cusco para que nos mimara Machi un poco más y cerrar el ciclo Incaico, cosa de empezar a mentalizarnos en lo que venía luego “las famosas Líneas de Nazca” o Nasca, como más les guste. Tuvimos que recorrer menos de 700 km pero teniendo en cuenta que no son las rutas patagónicas, con esas largas rectas interminables en donde el auto va en su salsa, sino que se debe cruzar un sinfín de cordones montañosos, con curvas hiper cerradas en las que por momentos no se puede ir a más de 30…se hizo un poco largo, pero los paisajes por los que pasamos valieron la pena y nos hicieron más amena la travesía. Es tan cambiante…veníamos de una zona selvática, cruzamos cerros e innumerables valles con ríos infinitos que parecen acompañar todas las rutas del Perú, y de pronto, nos internamos en un desierto. Luego de la variedad de verdes de la selva y de los campos sembrados, era impresionante verse rodeado de tanta aridez.
Por fin llegamos a Nazca. Cuando fuimos a averiguar por “la excursión”, nos encontramos con Pepe, un personaje de la vida con quien tuvimos el gusto de cruzarnos y compartir buenas historias. Si vienen para acá les recomendamos que lo busquen en la agencia principal de venta de Aeroparacas, un tipazo!!!
Además para variar caímos el día del aniversario de la ciudad, así que festejos y ferias con pompas y platillos en plena plaza central. Al día siguiente super temprano para sobrevolar las tan esperadas líneas… algo que estando aquí uno no puede dejar de hacer. La excursión es una de las más costosas dentro de Perú, pero se justifica. Son 35 minutos de vuelo, debo confesar que aún con dramamine, para mi fueron eternos!!! (perdón Osito!!! Tu amiga no sirvió para la avioneta, le gustan más los helicópteros, SACRILEGIO, jajaj!!!) Igual no me la iba a perder, claro…el que estaba como loco era Carlos que no se quería bajar… si hubiese sido por él dábamos otra vuelta más!!
Las fotos de las líneas hablan por sí solas, a pesar del imprevisto personal, no paré de sacarlas, había que registrar todo… antes de iniciar el vuelo, te pasan un video explicativo en la sala de espera de las diversas teorías posibles sobre la antigua civilización que habitó estas tierras y el porqué de los dibujos… igual todavía no está del todo claro, ni siquiera para los arqueólogos, mucho menos para nosotros!!!  Pero bueno, explicaciones al margen, es increíble ver los diseños de animales y las líneas rectas de extensiones kilométricas desde el aire.
Les mando un beso enorme y en la próxima viene Huacachina, Ica y Lunahuana!!!