Un concepto diferente de hacer turismo
Cuantas veces uno siente la necesidad de romper con las estructuras y hacer algo distinto, algo fuera de lo normal. Cuando por fin uno se anima a ser “un poco loco” y tiene además la fortuna de cruzarse con otra persona con las mismas inquietudes y falta de cordura, pueden surgir cosas maravillosas como lo que sucedió en esta historia.
Lima
Lima es un lugar de contrastes, como
buena capital latinoamericana aquí se conjugan todas las
características de una gran ciudad…belleza y caos van de la mano. Posee
una particularidad que la destaca del resto y es que es la única
capital sudamericana con costa marítima. Como es una urbe E N O R M E y
estuvimos unos 10 días por ahí, hay mucho que contar así que mejor
empiezo por el principio.
Llegamos un soleado sábado después del mediodía, y enseguida
procedimos a comunicarnos con Lesly, nuestra salvadora. En cuanto nos
encontramos, y para escaparle al calor, nos invitaron a tomar una rica
cerveza bien fría. Acto seguido, nos fuimos al departamento a
instalarnos y ahí nos encontramos con Pichi, el hermano de Lesly del
que ya les he contado y con otro argentino invasor, Don Leo, un
mendocino devenido en puntano. Ya acomodados, fuimos a guardar el auto,
porque al choique también le tenían previsto un lugarcito, así que nos
llevaron hasta la casa de Guido, un personaje limeño que se dispuso de
prestarnos el garaje sin conocernos, así nomás de gaucho. Y para
cerrar la noche unos tacos mexicanos en el puesto de Lesly, o sea que
mexicanos en serio!!
Al día siguiente, como buen domingo, nos invitaron otros limeños a
los que ni conocíamos hasta ese momento y nos prepararon un
asadito…Ismael, John y Johnpolo, unos capos!!! Y después a ver el
atardecer en el mar, en el Pacífico…y como si fuera poco estábamos
caminando por un paseo de compras que hay frente al mar y que me
encuentro? Un local de Havanna!!! Corriendo cual loka desquiciada a
comprar las galletas de limón, mis preferidas…el broche de oro perfecto
para un día increíble!!
El resto de la semana nos dedicamos a pasear por todos lados. Fuimos
al centro, visitando algún que otro museo y la calle dedicada a la
famosa Chabuca Granda, también conocida como la calle de los dulces,
porque por la tarde se arman unos puestitos muy pintorescos vendiendo
toda clase de postres y golosinas…al mejor estilo del carrito de
Raulito, se acuerdan del pochoclero en la puerta del cole??…que tiempos
aquellos…ya me fui por las ramas, mejor vuelvo al 2011.
También caminamos por los barrios más pintorescos, como Miraflores,
San Isidro, Magdalena Barranco y San Miguel, donde se encuentran las
plazas y parques más bonitos, y por el “malecón” o costanera, con
hermosas vistas de los acantilados y la ciudad.
Sumado a esto, no tenemos mejor suerte que nuestra estadía coincida
con Mistura, una feria gastronómica que se organiza todos los años en
un predio del tamaño de la Rural…como si fuera la FIT pero para comer…y
sí, de nuevo a sacrificarse…que vida la nuestra, jajaj!!!
Y por si lo de Mistura hubiese sido poco, Guido “el guardián del
choique”, quien se destaca como chef, se dedicó en diversas
oportunidades a agasajarnos culinariamente, preparando unos platazos
típicos de la región cosa que no nos quedara nada pendiente por
degustar. En síntesis, en Lima nos comimos todo!!!
Si alguno se preguntaba por qué nos habíamos quedado tantos días en
una ciudad tan grande, de las que normalmente huimos despavoridos, ahí
tienen la respuesta. No fue difícil dejar el lugar, pero sí lo fue
despedirse de gente tan linda que conocimos en esta visita...habrá que
volver!
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