Hola!!! Cómo anda todo por sus
respectivos pagos? Muchas gracias por los comentarios tan lindos,
ayudan mucho a seguir motivándome a escribir y ni que hablar de saber
que están ahí apoyando este proyecto.
Como les conté en la última entrega, Lima fue increíble, y sobre todo difícil de dejar por tanta gente linda que conocimos, pero llegó el día que salimos rumbo norte.
La primera visita fue a Caral, la ciudadela más antigua de todo el continente americano, nuestro equivalente a las ancestrales civilizaciones de Egipto, India y China, muy imponente!!
Luego tomamos rumbo este y nuevamente a subir desde los 0 hasta los 4000 mt en menos de 50 km, lo que nos dio como resultado una de las rutas más escarpadas hechas hasta el momento. Pero valía la pena para visitar Huaraz y el Parque Nacional Huascarán. Los glaciares y lagos de deshielo con esas aguas turquesas detrás de una serie de valles sembrados, hacen el paseo tan escénico que uno hasta se despreocupa de la incomodidad de esos tramos en los que se olvidaron de construir el camino, pero ahí es donde el Gol se luce cual Amarok, no podemos negar que tiene el espíritu.
Cansados de la altura y del efecto “soroche” (mal de altura, valga la redundancia), decidimos quedarnos por un tiempo al nivel del mar, por lo que el siguiente destino fue Trujillo, paseando antes por las localidades pesqueras de Ballenitas y Chimbote (no el dulce de leche, eh!!), ambas muy pintorescas.
De Trujillo lo único que nos llamó la atención para visitar fueron otras ruinas, las de Chan Chan. El detalle más destacado de estas, es el tamaño de las paredes y los diseños geométricos y de animales repetidos casi perfectamente, todo hecho en barro y arcilla. Si bien la mayor parte fue reconstruida, se identifica claramente lo que se mantuvo del original.
Luego de la visita seguimos hacia el siguiente destino que iba a ser la ciudad de Chiclayo, pero que 10 minutos antes de llegar terminó siendo el pequeño poblado de Pimentel, apenas a 11 km de la primera, pero sobre la costa. Decisión acertada por varios motivos: la tranquilidad del lugar y los mates en la playa por un lado y la gente que conocimos por otro. Llegamos y nos encontramos con dos argentinos super simpáticos, Marisol y Vichi, que lamentablemente ya se volvían, así que charlamos un rato, nos pasamos los mails y nos despedimos. Al día siguiente estuvimos paseando, visitando el Museo de las Tumbas Reales del Señor de Sipan, con todos los tesoros que se encontraron, donde se destacan muchísimas piezas en plata y oro, muy interesante y llamativo. Cuando volvimos a la noche, nos encontramos al lado del Choique con un Falcon todo pintado con un aire marplatense que no se podía creer. Efectivamente, los conocimos a Samuel y a Mariela. Ahora, cuales son las posibilidades de encontrar en el mismo pequeño pueblo del interior de Perú a otra pareja que está haciendo prácticamente el mismo viaje en auto por toda América y que además sea marplatense…esas son las gratas coincidencias que se dan en este tipo de aventura.
Seguimos para Piura y ahí tuvimos un pequeño percance, el mal trago del viaje…nos abrieron el auto. Gracias a la X28 salieron corriendo llevándose solo un maletín con papeles, por suerte nada de valor monetario pero algunos documentos con información, entre ellos mi copia de la monografía…igual a no preocuparse que gracias a la era cibernética, todo está digitalizado, a ver si Mónica piensa que es otra excusa para atrasarla, nooooooo!!!! Ana, vos también tranquila que está todo bajo control!!!
Solucionado el problema, nos fuimos para Máncora, la playa más importante de Perú. Ahí nos reencontramos con Samuel y Maru y conocimos a otros chicos que también viajan en su auto, Diego y Lucas. También nos cruzamos con un matrimonio alemán, jubilados ya, que era la tercera vez que recorrían el continente por tierra. Simpatiquísimos y deseosos de llegar pronto a Argentina para comer buena carne.
Estábamos tan cerca de la frontera, que las ansias de cruzar y cerrar el capítulo Perú nos ganaron, así que nos fuimos derecho para conquistar un nuevo país, por lo que en la próxima entrega ya se viene Ecuador!!!
Fue todo muy resumido pero para no agotarlos, así los dejo con ganas de más.
Como les conté en la última entrega, Lima fue increíble, y sobre todo difícil de dejar por tanta gente linda que conocimos, pero llegó el día que salimos rumbo norte.
La primera visita fue a Caral, la ciudadela más antigua de todo el continente americano, nuestro equivalente a las ancestrales civilizaciones de Egipto, India y China, muy imponente!!
Luego tomamos rumbo este y nuevamente a subir desde los 0 hasta los 4000 mt en menos de 50 km, lo que nos dio como resultado una de las rutas más escarpadas hechas hasta el momento. Pero valía la pena para visitar Huaraz y el Parque Nacional Huascarán. Los glaciares y lagos de deshielo con esas aguas turquesas detrás de una serie de valles sembrados, hacen el paseo tan escénico que uno hasta se despreocupa de la incomodidad de esos tramos en los que se olvidaron de construir el camino, pero ahí es donde el Gol se luce cual Amarok, no podemos negar que tiene el espíritu.
Cansados de la altura y del efecto “soroche” (mal de altura, valga la redundancia), decidimos quedarnos por un tiempo al nivel del mar, por lo que el siguiente destino fue Trujillo, paseando antes por las localidades pesqueras de Ballenitas y Chimbote (no el dulce de leche, eh!!), ambas muy pintorescas.
De Trujillo lo único que nos llamó la atención para visitar fueron otras ruinas, las de Chan Chan. El detalle más destacado de estas, es el tamaño de las paredes y los diseños geométricos y de animales repetidos casi perfectamente, todo hecho en barro y arcilla. Si bien la mayor parte fue reconstruida, se identifica claramente lo que se mantuvo del original.
Luego de la visita seguimos hacia el siguiente destino que iba a ser la ciudad de Chiclayo, pero que 10 minutos antes de llegar terminó siendo el pequeño poblado de Pimentel, apenas a 11 km de la primera, pero sobre la costa. Decisión acertada por varios motivos: la tranquilidad del lugar y los mates en la playa por un lado y la gente que conocimos por otro. Llegamos y nos encontramos con dos argentinos super simpáticos, Marisol y Vichi, que lamentablemente ya se volvían, así que charlamos un rato, nos pasamos los mails y nos despedimos. Al día siguiente estuvimos paseando, visitando el Museo de las Tumbas Reales del Señor de Sipan, con todos los tesoros que se encontraron, donde se destacan muchísimas piezas en plata y oro, muy interesante y llamativo. Cuando volvimos a la noche, nos encontramos al lado del Choique con un Falcon todo pintado con un aire marplatense que no se podía creer. Efectivamente, los conocimos a Samuel y a Mariela. Ahora, cuales son las posibilidades de encontrar en el mismo pequeño pueblo del interior de Perú a otra pareja que está haciendo prácticamente el mismo viaje en auto por toda América y que además sea marplatense…esas son las gratas coincidencias que se dan en este tipo de aventura.
Seguimos para Piura y ahí tuvimos un pequeño percance, el mal trago del viaje…nos abrieron el auto. Gracias a la X28 salieron corriendo llevándose solo un maletín con papeles, por suerte nada de valor monetario pero algunos documentos con información, entre ellos mi copia de la monografía…igual a no preocuparse que gracias a la era cibernética, todo está digitalizado, a ver si Mónica piensa que es otra excusa para atrasarla, nooooooo!!!! Ana, vos también tranquila que está todo bajo control!!!
Solucionado el problema, nos fuimos para Máncora, la playa más importante de Perú. Ahí nos reencontramos con Samuel y Maru y conocimos a otros chicos que también viajan en su auto, Diego y Lucas. También nos cruzamos con un matrimonio alemán, jubilados ya, que era la tercera vez que recorrían el continente por tierra. Simpatiquísimos y deseosos de llegar pronto a Argentina para comer buena carne.
Estábamos tan cerca de la frontera, que las ansias de cruzar y cerrar el capítulo Perú nos ganaron, así que nos fuimos derecho para conquistar un nuevo país, por lo que en la próxima entrega ya se viene Ecuador!!!
Fue todo muy resumido pero para no agotarlos, así los dejo con ganas de más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario