Un concepto diferente de hacer turismo
Cuantas veces uno siente la necesidad de romper con las estructuras y hacer algo distinto, algo fuera de lo normal. Cuando por fin uno se anima a ser “un poco loco” y tiene además la fortuna de cruzarse con otra persona con las mismas inquietudes y falta de cordura, pueden surgir cosas maravillosas como lo que sucedió en esta historia.
Guayaquil
“Rumba mi pana”, que estamos en
Colombia, maravillosa tierra salsera con aroma de café…pero no es de
este país que les voy a hablar, porque cuando los dejé en el episodio
anterior estábamos por cruzar la frontera con Ecuador! Un temita
personal me tuvo alejada de la inspiración necesaria, pero ya repuesta,
procederemos con el relato pertinente:
Nuestra primera parada turística fue Guayaquil, uno de los puntos
base para los que quieren visitar las Islas Galápagos (de las que
estuvimos tan cerquita y casi … quedará para otra oportunidad).
Magnífica ciudad muy calurosa y turística. Enorme, atractiva, caótica y
moderna, con cantidad de centros comerciales y hoteles de categoría
que la definen como destino internacional por excelencia. Los paseos
públicos han sido revitalizados y están exhaustivamente custodiados por
fuerzas de seguridad para que el turista se sienta tranquilo. Claro
que existe otra realidad, pero ahí no tenemos permitido el ingreso.
Sí,
muy surreal, el Barrio Las Peñas, el más antiguo y emblemático de la
ciudad y toda la zona del Cerro Santa Ana, hermoso, con una inigualable
vista al río, todas construcciones de estilo colonial, pintado de
variados colores pasteles, realmente pintoresco… hasta el borde en el
que las paredes se tornan grises y descascaradas y el policía de turno
te ruega que no ingreses para evitar problemas. Pasa en todos lados,
pero nunca lo había visto de manera tan tajante como aquí, es cruzar un
arco en una callejuela …como si hubiese una barrera imaginaria, de
este lado no hay pobreza y todos somos felices. Muy impactante. Pero
bueno, eso fue solo mí sensación. Pasado el momento, nos fuimos al
centro recorriendo el Malecón 2000, un paseo costanero a la vera del
río, que permite caminar desde La Peña hasta el centro histórico,
dedicado al arte y al cuidado ambiental. Y así fue que llegamos a la
nota de color de Guayaquil, la plaza principal, también llamada Plaza o
Parque de las Iguanas, ya que hay decenas de estos prehistóricos
animales, que se pasean libremente ante los ojos asombrados de los
visitantes, atónitos no por las iguanas en sí, sino por el contexto en
el que se encuentran.
Agotados de tanto calor y bullicio metropolitano, pero felices de
haber conocido tan bello lugar, partimos en busca de las playas
ecuatorianas.
Les mando un beso muy grande y de nuevo gracias por los comentarios tan lindos que nos hacen.
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