Hola gente linda!!! Seguimos siguiendo.... ...dejamos atrás Guayaquil
y su calor para ir en busca de las playas ecuatorianas. Arrancamos la
peripecia desde Salinas, una península al sur del país, y de ahí fuimos
subiendo hacia el norte pasando por varios pueblitos pesqueros muy
pequeños y turísticos, hasta llegar al famoso destino de Montañita.
Aquí parece que uno sin saber bien como, hubiese tomado algún desvío
mágico, cual teletransportador, que lo llevara nuevamente hacia las
costas argentinas. Y no es que su playas y entorno lo hagan semejante a
mi querido Mardel, ni a Pinamar o Mar de las Pampas, no, no…es que uno
va caminando y pisando mates, cuando no convidando alguno a alguien a
quien ya se le terminó la yerba, y escuchando acento arrabalero y
alguna que otra cordobeceada por ahí, entre otros…gente, somos plaga!!!
Surfeando, vendiendo artesanías, cuadros, pulseritas, empanadas,
haciendo trenzas, lo que sea para sobrevivir. Es que aquí las playas
son muy amplias y rodeadas de densa vegetación, aguas templadas que sin
ser caribeñas, tienen unos agradables grados más que los de la costa
bonaerense, buenas olas, mucha juventud y toda la movida turística,
indiscutiblemente este lugar es el “point” dentro Ecuador para los
argentinos. Aprovechamos que todavía era temporada baja y conseguimos
unos bungalows muy bonitos frente a la playa, con hamaca en la puerta y
todo. Y la suerte de volvernos a encontrar con nuestros amigos
marplatenses del Halcón, con quienes compartimos una parrilladita en la
costa para celebrar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario